Medicina.

La música gritando melódicamente en mis oídos, mis ojos perdidos en algún lugar lejano y mi cuerpo moviéndose frenéticamente.
·M·

[Ese ruido que hace el humo al salir de mi boca]

Y mis labios, que jamás han probado nada parecido a los sueños, ahora prefieren sostener una droga.
·A·

F&F.

Besabas suavemente mi cuello, mientras que yo acariciaba las nubes de tu pelo.
Amándonos suavemente recordamos los besos de bocas aquellos que eran eternos y llevamos esos recuerdos a un plano presente.
·M·

Insomnio.

Las noches pasaban distraidas, no hacian caso a mi presencia. El sueño jugaba con ellas  sin acudir a nuestro encuentro. Y cuando tocaba el alba a la puerta mis ojeras le daban la bienvenida.
·M·

No soy quien esperabais que fuera.

Pero nadie escuchó mi portazo, nadie me escucha gritar en mi agonía mientras le doy la espalda al mundo. Nadie quiere parar el reloj para que respire. Nadie quiere respirar mi aliento, ni que sus latidos sean los míos.
·A·

Humos.

Las palabras cayeron brevemente de mis labios hundiendose en mi taza de café,
ahogando su sufrimiento entre el humo de mi cigarro.
·M·

No.

No renuncié a mis sueños.
No siento ser un modelo a seguir, y si consideran que lo soy, poco me importa. Será que no me conocen.
No pensé nunca llegar a extremos, ni quedarme en el medio.
No llegaré hasta ese punto, ni me quedaré aquí.
No renunciaré a la locura, la cordura aburre.
No siempre diré lo que pienso, pero siempre dolerá no hacerlo.
·A·

.

Sobre una mesa de madera los dos, tímidamente nuestras manos se rozaban. La brisa me acariciaba el pelo, la piel... Tú tan solo me escuchabas hablar.
·A·

Portugal

El ruido de fondo de los coches al pasar, de las gaviotas y el olor a sal. Un idioma muy próximo al mío, un país al que pocos se atreven conocer. Calor del mes de agosto, pero la suave brisa marina calma mi piel ardiente.
·A·

Nos engañaron, bye bye bom

Pequeños placeres, que mientras la arena del reloj cae imparable, se hacen más lejanos para todos.
Un café bombón al calor del fuego escuchando buena música.
Un café en un país olvidado, mientras la brisa marina enreda mi pelo y el jaleo de las gaviotas hace rato que dejó de incomodarme.
Un café en compañía de un viejo amigo, mientras te cuenta su vida y lo infeliz que fue a tu marcha.
Un café de madrugada, mientras andas descalzo hacia el jardín y contemplas el amanecer.
Un café con la otra mitad de tu corazón, en la cocina, mientras te da un suave masaje en la espalda.
Pero ya no, tu vida es demasiado importante como para disfrutar de ella.
Nos engañaron bye bye bom.
Nos engañaron con la primavera.
·A·